Cualquier cosa menos quedarme calvo. Siempre ha sido uno de mis principales pensamientos. Cuando tenía 20 años más o menos empecé a notar como una entrada en el pelo y comenzaron los agobios. Coincidió que, por aquella época, dos amigos se empezaron a quedar visiblemente calvos y aumentó más mi preocupación: era como una plaga, todos calvos sin haber acabado la universidad. Y no creo que fuera de estudiar mucho…
Lo cierto es que no es lo más habitual que unos chicos con poco más de 20 años empiecen a notar una importante caída del pelo que sea el comienzo de un proceso de alopecia. Y también coincidió que en los años anteriores me había teñido el pelo con algunos decolorantes un poco sospechosos. Era una época en la que yo escuchaba mucha música y demás y me teñí el pelo para ser un poco más alternativo. Pero después empecé a pensar que aquellos productos no podían ser buenos para el pelo.
Finalmente, el tiempo pasó, y aquella ‘entrada’ en el pelo se quedó en nada. Eso sí, yo dejé de echarme decolorantes y dejé el pelo con su color natural. Pero muchos años después he vuelto a sentir ese temor a quedarme calvo y ahora parece que tengo razones de peso. Así que he decidido buscar una clínica especializada en dermatologia medica para que evalúe el problema de forma profesional.
Y es que ya no me apetece andarme con si será esto o será lo otro. Antaño, yo nunca iba al médico de primeras, siempre hacía yo mismo el diagnóstico porque no me gustaba nada ir al médico, siempre con problemas ‘menores’, claro. Pero ahora es diferente, ya no me gusta pasarme el rato reflexionando y buscando información sobre cuál o tal problema. Voy a la fuente, y se acabó.
En este caso, para qué voy a buscar información si no va ser posible que con ella evalúe adecuadamente la situación, lo mejor es buscar un especialista en dermatología medica que se ocupe del problema. Y si finalmente he iniciado un proceso alopécico saber si realmente puede haber una solución para retrasarlo.