Un regalo único 

A todos nos gusta darnos de vez en cuando un capricho. Dicen los expertos que todo se trata de química y que cuando compramos sentimos una especie de bienestar, casi euforia, debido a los neurotransmisores que se activan, como la dopamina. Las firmas comerciales lo saben y nos alientan para darnos “recompensas químicas” comprando más y más. En mi caso, intento no ser un consumista irracional, pero es verdad que me gusta el shopping, lo tengo que admitir, siempre que me lo pueda permitir.

Pero una de las cosas que más me gusta de comprar es regalar. Hacer que una persona querida sienta ese ‘subidón’: abrir el regalo y sentir que es una de las mejores sorpresas que te han dado en la vida. Porque cuando tú mismo compras algo para ti, no es una sorpresa: no se puede comparar. Así que ahora estoy buscando un buen reloj para mi novia. Sé que es fanática de determinadas marcas y por eso busco Gucci Vigo, en concreto un reloj.

Un día estábamos viendo una revista de moda, y una modelo llevaba un reloj de Gucci, con la correa plateada y dorada, y la esfera rosa. La verdad es que era súper original, un poco kitsch, pero es así como le gusta vestir a mi novia. Si por ella fuera, iría siempre vestida de alta costura, hasta para comprar el pan. Por desgracia, ni ella ni yo podemos mantener ese nivel de vida, así que nos conformamos con estos caprichos de vez en cuando.

Como quiero que sea una sorpresa no le he vuelto a hablar del tema, pero me las arreglé para volver a hojear esa revista delante de ella y pasar por la página donde aparecía el reloj. Quería ver si me volvía a comentar algo: y así fue. “Mira, mira, ese reloj…”. Yo me hice el sueco, pero tomé nota: había que conseguir ese reloj “a cualquier precio”. Y contacté con un distribuidor de Gucci Vigo para ver si era posible conseguir exactamente esa pieza de ese color. Y me ha dicho que no habrá problema. El ‘subidón’ de dopamina de mi chica será inolvidable…