Tortilla como recién hecha, en pocos minutos

¿A quién no le gusta una tortilla? La verdad es que es tan socorrida… No sabes qué hacer para cenar, pues tortilla; que llegan invitados inesperados y quieres poner un picoteo… tortilla; ¿unos bocadillos para llevar a cualquier lado? Evidentemente, de tortilla… Pero, ¿cómo conseguir una tortilla deliciosa en pocos minutos sin tener que pelar patatas, cebolla y ponerse a freír (que sí, que aceptamos sin cebolla, que a los que nos gusta la tortilla, nos gusta de todas las maneras y somos tolerantes… ¿o no?)

Pues si conoces a un buen distribuidor de tortilla congelada puedes tener siempre en tu congelador una o dos tortillas. Solo tendrás que quitarlas y descongelarlas rápidamente. Si las pasas por la sartén una vez descongeladas, con la sartén pincelada con aceite de oliva, les darás este toque que hará que parezcan recién hechas.

Otra forma de tener tortilla siempre a mano es comprando tortillas envasadas. Son muy prácticas y algunas marcas hacen auténticas delicias. Cierto que no son como las hechas en casa, pero bueno, no están mal y aceptamos tortilla precocinada como tortilla casera. Con tal de no cocinarla… nos vale. 

Estas tortillas pueden calentarse en el microondas pero de nuevo recomendamos hacerlo en la sartén, pincelándola con aceite. Y es que esto les da un toque especial, se calientan igual por dentro que por fuera y el aceite de la sartén les da ese sabor y ese brillo que hace que parezca que acabas de hacer la tortilla desde cero. 

Si sabes con antelación que vas a tener que hacer tortillas, puedes freír las patatas y la cebolla (o no) horas antes y dejarlas en el huevo batido. No olvides meterlo todo en la nevera para evitar que pueda ponerse en mal estado. Las patatas se ablandan y cogen mucho sabor y al estar todo sumergido en el huevo, no se ponen con un color feo. 

Cuando quieras hacer la tortilla solo tendrás que cuajarla en la sartén, lo que llevará muy poco tiempo. Y esta sí, es una tortilla casera, casera. Pero con la ventaja de que no tendrás que estar calculando a qué hora necesitas que esté lista. Ni siquiera saber a qué hora exactamente vais a comerla. Por eso, es perfecta si te vas a pasar el día fuera. Cuando volváis cansados podréis tener una cena casera y recién hecha, pero en cuestión de minutos.